Por Erin McGann
Actualizado el January 8, 2024
Usamos apodos cariñosos con la gente a la que amamos. Son algo inconsciente y divertido, y siempre hay algunos que son comunes en todas las lenguas.
En su sentido literal, a menudo suenan ridículos. Pero es cierto que oír a alguien usar un apodo con otra persona es una forma de conocerlo un poco más. Eso sí, escoge el momento apropiado: la gente encontraría gracioso que llamaras al camarero babycakes.
En inglés, hay muchas variaciones de sweet: sweetheart, sweetie, sweetness, sweetcheeks. Y también es muy habitual usar variantes de baby con tu pareja: baby, babycakes, babe, bae.
Todos estos motes cariñosos pueden usarse con ambos géneros, además. También es bueno referirse a la belleza de tu pareja: beautiful, cutie, pie, handsome.
La comida siempre parece estar presente en cualquier lengua. En inglés, pie (pastel) puede aparecer como cutie pie, sweetie pie, honey pie, incluso pudding pie. Sugar y honey son bastante evidentes, en el campo de lo dulce.
En el Reino Unido deben de ser muy aficionados a los pájaros: los enamorados suelen llamarse hen (gallina) o duck (pato) muy a menudo. Y, por supuesto, llamar a alguien love es muy ilustrativo.
En alemán, los apodos suelen ser con animalitos. Maus (ratón) y Hase (conejo) son dos formas muy comunes de dirigirte a tu persona amada. Un poco más raro es Schnecke (caracol), que básicamente se usa para referirse a mujeres.
Los alemanes tienen una clara afición a añadir el diminutivo -chen a casi todo para indicar que es pequeño y dulce. Y esto funciona con animales como Mauschen (ratoncito) y Bärchen (osito).
Añadir una -i al final, como Hasi o Mausi, es otra posibilidad, sobre todo si todavía no te decides a emplear el diminutivo -chen.
Por supuesto, también la dulzura es muy popular, con Süße o Süßer, o incluso Süßling. Schatz (tesoro) y Liebling (querido) dan chispa a las conversaciones entre parejas alemanas. Los pájaros también aparecen en alemán, con Spatze (gorrión).
Pero el alemán no sería alemán sin sus impresionantes nombres compuestos. El popular Mausbär (literalmente, ratón-oso) y el comprensiblemente menos popular Hönigkuchenpferd (miel-pastel-caballo) no decepcionan. No, estos dos últimos no nos los hemos inventado. Prometido.
El francés sigue un patrón similar, con mon trésor (mi tesoro) y mon/ma chéri(e) (mi querido/a).
Hay que destacar que el posesivo mon/ma se emplea con todos estos motes cariñosos mucho más en francés que en inglés o alemán. Como en alemán, se puede añadir -et o -ette a algo para hacerlo pequeño y dulce, como por ejemplo ma chouette (mi pastelito).
También puedes usar petit(e) delante del apodo para conseguir el mismo efecto. Mon petit chou es un apelativo muy común y recuerdo cómo los profesores me lo llamaban en la escuela.
Por supuesto, en francés también se emplean muchas aves, como mon canard (mi pato), mon poulet (mi pollo), mon poussin (mi pollito) y ma caille (mi codorniz).
En francés hay, además, algunos motes cariñosos que no tienen traducción, como doudou y lolotte, pero son fáciles de decir con voz dulce ¡y funcionan! En el apartado de lost in translation tenemos ma puce (literalmente, mi pulga), que suele emplearse solo con mujeres.
Desde luego, se puede utilizar el comodín mamour, una reducción de mon amour (mi amor), y mon cœur (mi corazón).
Poner la oreja para descubrir motes cariñosos es una de mis maneras favoritas de aprender más de un idioma. ¡A ver si tú puedes cazar alguno!